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El caballo, un animal de pastoreo

MV Diego Vallejos CMVP 9567 3 diciembre, 2018

Todo aquel que tiene un caballo, cría caballos, o simplemente ama los caballos, sabe que es un animal de pastoreo, es decir, que su alimentación en su habitad natural es a base de pastos; y esto ha sido así desde hace millones de años. Comiendo la calidad y cantidad que su instinto determina y que también, su sistema digestivo naturalmente está presto a recibir y procesar. Estudios han determinado que un Caballo debe recibir como mínimo 1% de su peso en pasto diariamente (si, en promedio un caballo pesa 450kg, debería comer como mínimo 4.5kg de este alimento), manteniendo así un equilibrio perfecto entre su alimentación y su salud.

Al estabularlos, este equilibrio muchas veces se rompe, pues al caballo se le suministra lo que mejor puede darle su dueño o criador, además de buscar a través de la alimentación, obtener resultados específicos según el uso del animal. Cambiando así drásticamente el proceso digestivo natural de sus ejemplares y en muchas ocasiones teniéndolos al borde de algún trastorno en su salud. Pues, como comentamos líneas arriba, los caballos sólo comían pasto.

¿Y por qué es tan importante que coman pastos? Sencillo, conociendo un poco más a detalle su proceso digestivo entenderemos esto a la perfección:

Los caballos se clasifican como herbívoros o comedores de fibra. Son animales de pastoreo con sistemas digestivos diseñados para el consumo constante de alimentos de origen vegetal. A diferencia de la mayoría de los otros herbívoros, el sistema digestivo del caballo es considerado monogástrico, no como el de los rumiantes (vacas, cabras y ovejas). Los órganos digestivos incluyen el estómago, intestino delgado e intestino grueso. El estómago y el intestino delgado se conocen comúnmente como el intestino superior, y es donde la mayoría de las proteínas, grasas, vitaminas y minerales contenidos en la alimentación se digieren y se absorben. Aunque el caballo carece de la panza de un rumiante, las características únicas de su intestino grueso permiten que el caballo utilice la celulosa y otros compuestos fermentables de la misma forma que los rumiantes. El intestino grueso del caballo tiene un ciego muy amplio que sirve como un tanque de fermentación. Miles de millones de bacterias y parásitos internos producen enzimas que descomponen la fibra de la planta. En el caballo, este proceso de fermentación se produce por detrás de la zona donde la mayoría de los nutrientes son absorbidos, y como resultado, los caballos no obtienen todos los nutrientes sintetizados por microorganismos en su intestino grueso.

EL ESTÓMAGO. Después que el tamaño de las partículas alimentarias se reduzca a través de la masticación (tamaño ideal de 3 a 7 cm de largo aproximadamente que encontramos en INKACUBES®) y su mezcla con la saliva en la boca se desplaza por el esófago hasta el estómago. El estómago almacena, mezcla, digiere y propulsa la alimentación al intestino delgado. Muy pocos de los nutrientes del alimento se absorben en el estómago. Las proteínas e hidratos de carbono son sólo parcialmente digeridos en el estómago, y las grasas son sólo ligeramente hidrolizadas antes que el alimento pase al intestino. Por otro lado, si el estómago queda vacío, el exceso de gas producido puede causar que el estómago se rompa, lo que conduce a la muerte. Por lo tanto, el caballo debe comer porciones pequeñas con frecuencia para evitar la sobrecarga y prevenir enfermedades como cólicos, laminitis y lesiones en el estómago. Una vez en el estómago, el alimento pasa rápidamente al intestino delgado. Suministrando grandes cantidades de comida se impide una adecuada mezcla con los jugos gástricos lo que tiene un efecto negativo en la digestión.

El caballo, un animal de pastoreo

EL INTESTINO DELGADO, tiene aproximadamente el 30% del peso total del tracto digestivo del caballo, y es donde la mayoría de los nutrientes del alimento se digieren y se absorben. El sistema digestivo del caballo está diseñado para que los hidratos de carbono solubles y las proteínas de los granos sean digeridos y absorbidos en el intestino delgado. El intestino delgado del caballo también sirve como un conducto para mover una gran cantidad de carbohidratos no digeridos insolubles de los forrajes al intestino grueso. La velocidad de paso del alimento a través del estómago y el intestino delgado es muy rápida. Moler la comida (como en los pellets o harina de alfalfa) aumenta la velocidad de paso y disminuye la absorción de nutrientes. Debido a que el intestino delgado y el estómago suponen sólo el 40% del tracto digestivo y los alimentos se desplazan a través de ellos con rapidez, es relativamente fácil desbordar la capacidad digestiva de los mismos. Si grandes cantidades de carbohidratos solubles llegan al intestino grueso, serán rápidamente fermentados. Esto puede resultar en exceso de gas y producción de ácido láctico, que conduce a cólico o Laminitis. Para evitar los efectos potencialmente perjudiciales de comer en exceso, los caballos deben ser alimentados con pequeñas cantidades de 2 a 4 veces al día dependiendo de la actividad del caballo o el nivel de entrenamiento. Cuando la dieta del caballo es a base de pasto, con fibras de 3 a 7 cm de largo (como en los cubos de INKACUBES®) esto no sucede y la velocidad del tránsito intestinal es la adecuada garantizando una nutrición adecuada y seguridad digestiva para el animal.

EL INTESTINO GRUESO, es el más grande y complejo de todos los animales domésticos. Su intestino grueso se compone de dos grandes órganos: el ciego y el colon. En conjunto, representan alrededor del 60% del tracto digestivo del caballo. El ciego representa alrededor del 25-30% del intestino grueso. El intestino grueso del caballo está diseñado para utilizar la fibra de las plantas. Los carbohidratos insolubles de los forrajes, así como el almidón y otros carbohidratos solubles que no fueron digeridos en el intestino delgado, desembocan en el intestino grueso. Cuando el alimento sale del intestino delgado entra primero en el ciego. Aquí, los nutrientes no digeridos se fermentan en un proceso similar al que ocurre en la panza de los rumiantes. Después de la fermentación, el alimento entra en el colon para la digestión y absorción. La fermentación microbiana en el intestino grueso da lugar a la producción de ácidos grasos volátiles que son una fuente importante de nutrientes para el caballo. El intestino grueso también sirve como un reservorio de agua y electrolitos que son vitales para mantener el rendimiento durante el ejercicio. La velocidad de paso del alimento a través del colon es relativamente lenta. Debido a que el colon se repliega sobre sí mismo varias veces (flexuras), pudiendo variar su diámetro, los caballos están predispuestos a trastornos digestivos cuando el flujo de nutrientes es anormal. Dado que el tracto digestivo del caballo está diseñado principalmente para digerir forrajes, se producen menos problemas cuando la dieta es mayoritariamente a base de forrajes, como los cubos de alfalfa INKACUBES®.

Ahora que conocemos mejor el proceso digestivo de nuestros amigos equinos, nos serán más sencillo tomar decisiones inteligentes en cuánto a su alimentación.

Y para aportar en esas decisiones, recomendamos usar alimentos (forrajes) que conserven el tamaño de fibra adecuada y su calidad nutricional durante el tiempo pues favorecen la digestión normal de los animales como se explicó previamente. Por lo que siempre recomendaremos el uso de cubos de alfalfa 100% fresca, natural y orgánica; INKACUBES con abundante agua.